miércoles, 4 de marzo de 2009

cuidado con las glaseadas !

Lentamente abrí los ojos y tras unos segundos de espera la habitación aún conservaba ese típico 'blur' de los sábados en la mañana, al despertar. Pero ese no era un típico fin de semana ... tú dormías a mi lado.

Después de tomar conciencia sobre el crimen cometido y con el cuerpo del delito, desnudo sobre la cama, a diez centímetros ... decidí empezar el día regalándote un beso, humedecer tus labios después de tan larga y amena noche, noche de conversación obviamente (ja!).

Y a unos centímetros de tu boca sucedió ... aún colgaba de tu cuello aquel dije bendito, conservando el mismo brillo después de diecisiete años, con sus días y algunas noches. Bella sorpresa encontrar aquella baratija ... pero regresemos a lo nuestro; el amor que nos une desde hace tanto tiempo nos envolvió ... y en ese momento renovamos nuestro juramento (una vez más para variar). Este podría ser el inicio de la historia de amor de dos adolescentes, donde cambiamos capuleto por rodriguez ... y a los montesco por los quispe, pero reflexionemos un momento ... ya no tenemos diecisiete, yo me jubilo en unos años.

Entraste a la ducha y yo tenía que irme ... 'oye amor, tengo que irme ... nos vemos el próximo viernes?' ... 'claro corazón, nos vemos el próximo viernes saliendo de la oficina ... ah! hay café y donas en la cocina ... pero cuidado con las glaseadas ! son para mi marido' ... 'jeje, no te preocupes que al buen raulito mucha falta no le hacen'

3 comentarios:

  1. interesante, porque no escapa de la realidad... Bonito, aunque a mi no me gusten las donas...mm pobre marido caraxo..

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  2. ese!!! ... tu historia, dices! ... XD!

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